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Yo quiero ser Present Surfer

por Helena Navarro

El concepto VUCA tiene su origen en el medio militar. Introducido por el US Army War College para describir el entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo creado tras la Guerra Fría. Esta guerra, en el fondo, era un escenario confortable, bastante controlado, que se tornó inestable a partir de la caída del bloque comunista. 

Fue después de los ataques terroristas del 11S de 2001, cuando el acrónimo VUCA, (volatilidad (volatility), incertidumbre (uncertainty), complejidad (complexity) y ambigüedad (ambiguity), tomó fuerza. Preguntas como ¿qué habilidades necesitamos desarrollar para gestionar este tipo de situaciones? y ¿cómo no hemos sabido predecirlo? acompañaron la reflexión. 

La crisis financiera de 2008-2009 fue el hito siguiente a partir del cual muchos modelos empresariales quedaron obsoletos. Organizaciones de todo el mundo se convulsionaron por razones diversas como los avances tecnológicos, la explosión de las redes sociales, la globalización… que trastornaron vidas, economías y empresas. Y todo a un tiempo. 

La expresión VUCA se trasladó después al mundo empresarial para describir el caótico, turbulento y rápidamente cambiante ambiente de negocios en el que ninguna predicción es segura.

Tras la pandemia del COVID-19 y otras situaciones (guerras, inflación, riesgo energético, desabastecimiento… surge un nuevo acróstico que deja obsoleto (o no) a VUCA intentando describir el entorno: BANI (brittle, anxious, nonlinear e incomprehensible)que podemos traducir por frágil, ansioso, no lineal e incomprensible.

Desde una etiqueta u otra, la realidad es que el contexto actual se caracteriza por alta tasa de cambio que provoca ansiedad ligada a la incertidumbre y la necesidad de simplificar la ingente cantidad de información que hace que todo resulte muy complejo. Por ello, las empresas tienen que ser hoy capaces de transformarse y conseguir que la organización se fundamente en el aprendizaje constante, en el trabajo colaborativo (y menos jerárquico), en la velocidad con la que se gestiona el cambio, en la confianza en las personas, su bienestar y en su desarrollo. 

Hay autores que hablan de “supervivencia” al referirse a este contexto. En Cookie Box People preferimos un planteamiento más positivo y estimulante. Dado que la velocidad a la que avanza el mundo es una realidad sin retorno, le ponemos una mirada adaptativa y nos concentramos en facilitar el desarrollo de habilidades e instrumentos que permitan esta adaptación con éxito y naturalidad. 

Se trata de repensar conductas y formas de actuar, de atender a los acontecimientos sin más drama que el de resolver ágilmente aprovechando la fuerza de las ideas, la creatividad o la innovación emergente. De desaprender y aprender a resolver los desafíos y a tomar decisiones desde una perspectiva de experimentación que nos dirija a los resultados. 

Si aprendemos a abrazar el cambio, a no sufrir ante lo incierto o lo desconocido, a entender lo que pasa y simplificar, y a unir fuerzas a través de la colaboración, en definitiva, a surfear el presente, podemos superar los nuevos retos de cada día, e incluso, en términos metafóricos, a disfrutar las olas y sentirnos libres cuando llegan vientos de cambio presentando un universo de oportunidades para ampliar nuestro propio valor.

*Este post forma parte del e-learning «Present Surf – Skills to enjoy the waves»,

sobre como surfear el presente en un mundo caracterizado por la alta tasa

de cambio y la baja predictibilidad (ver formación digital aquí).

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